EUROPA
PRESS
21 noviembre
2018
¿Qué
dieta es mejor? ¿La baja en grasas pero alta en carbohidratos? ¿O al revés?
¿Qué es mejor, una dieta baja en
grasas/alta en carbohidratos o una dieta alta en grasas/baja en carbohidratos,
o es el tipo de grasa lo que importa? En un nuevo artículo publicado en la
portada de un número especial de la revista 'Science'
sobre nutrición, investigadores de la Escuela de Salud Pública TH Chan de la
Universidad de Harvard y el Hospital de Niños de Boston, en Estados Unidos, y
colegas con experiencia y perspectivas diversas sobre los problemas expusieron
el caso para cada posición y llegaron a un consenso y una futura agenda de
investigación.
Los investigadores acordaron que no hay una relación
cuantitativa específica de grasa a carbohidratos que sea mejor para todos, y
que una dieta general de alta calidad que sea baja en azúcar y granos refinados
ayudará a la mayoría de las personas a mantener un peso saludable y un bajo
riesgo de enfermedad crónica.
"Este es un modelo de cómo podemos trascender de las
guerras de la dieta", dice el autor principal, David Ludwig, profesor en
el Departamento de Nutrición de la Escuela Chan de Harvard y médico en el
Hospital de Niños de Boston. "Nuestro objetivo era reunir un equipo de diferentes
áreas de experiencia y puntos de vista en contraste, e identificar áreas de
acuerdo sin pasar por alto las diferencias", resume este miembro del
equipo que realizó esta revisión, que se publica en la edición digital de este
jueves de 'Science'.
Los autores expusieron la evidencia de tres posiciones
contrastantes sobre las pautas dietéticas para el consumo de grasas y
carbohidratos. El alto consumo de grasa causa obesidad, diabetes, enfermedades
cardiacas y posiblemente cáncer, por lo que las dietas bajas en grasa son
óptimas; los carbohidratos procesados tienen efectos negativos sobre el
metabolismo, y las dietas bajas en carbohidratos o cetogénicas
(muy bajas en carbohidratos) con alto contenido de grasa son mejores para la
salud.
La calidad de la
dieta, relevante
Además, la cantidad relativa de grasas y carbohidratos en la
dieta tiene poca importancia para la salud: lo importante es el tipo de grasa o
fuente de carbohidratos consumida. Estuvieron de acuerdo en que al centrarse en
la calidad de la dieta (reemplazar las grasas saturadas o trans
con grasas no saturadas y cambiar los carbohidratos refinados por cereales
integrales y verduras sin almidón), la mayoría de las personas pueden mantener
una buena salud dentro de una amplia gama de proporciones de grasas a
carbohidratos.
Dentro de sus áreas de desacuerdo, los autores identificaron
una lista de preguntas que dijeron que pueden formar la base de una nueva
agenda de investigación de nutrición, como si las dietas con diferentes
proporciones de carbohidratos frente a grasa afectan a la composición corporal
(proporción de grasa en comparación con tejido magro) independientemente de la
ingesta calórica.
También plantean preguntas como: ¿las dietas cetogénicas proporcionan beneficios metabólicos más allá de
las restricciones moderadas de carbohidratos, y especialmente para la diabetes?
y ¿cuáles son las cantidades óptimas de tipos específicos de grasa (incluida la
grasa saturada) en una dieta muy baja en carbohidratos? A su juicio, hallar las
respuestas a estas cuestiones conducirá en última instancia a recomendaciones
nutricionales más efectivas.